¿Tus emociones pueden cambiar tus genes? Bienvenido a la epigenética
¿Y si te dijera que lo que comes, lo que sientes e incluso lo que vivieron tus abuelos puede dejar huellas en tus genes… sin cambiar tu ADN? La ciencia tiene un nombre para esto: epigenética. Y está revolucionando la forma en que entendemos la salud, la herencia y el impacto del ambiente en nuestro cuerpo.
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7/31/20256 min leer

¿Qué es la epigenética?
Aunque nacemos con un ADN que contiene toda nuestra información genética, eso no determina todo. La epigenética estudia cómo ciertos mecanismos moleculares activan o silencian genes sin modificar la secuencia del ADN (Reik, 2007).
En otras palabras: todas las células de tu cuerpo tienen el mismo “libro de instrucciones” (ADN), pero no todas leen los mismos capítulos. Así, una célula del corazón se comporta distinto a una del cerebro, gracias a estas regulaciones epigenéticas.
¿Cómo funciona?
Los mecanismos epigenéticos más conocidos incluyen la metilación del ADN, que consiste en pequeñas marcas químicas que pueden bloquear la activación de ciertos genes; las modificaciones de histonas, proteínas que enrollan el ADN y regulan qué tan accesible es para su lectura; y los ARN no codificantes, moléculas que interfieren con la expresión génica sin producir proteínas. Estos procesos pueden compactar o relajar regiones del ADN, impidiendo o facilitando su lectura, y así controlar qué genes se activan o silencian en cada célula (Saade & Ogryzko, 2015).
Para entenderlo mejor, imagina que tu ADN es como una gran biblioteca: cada célula de tu cuerpo contiene exactamente los mismos libros, con todas las instrucciones necesarias para construir y mantener tu organismo. Sin embargo, no todas las células leen los mismos libros ni los mismos capítulos. Aquí es donde entra la epigenética, que actúa como el bibliotecario encargado de gestionar esa inmensa colección. Ella decide qué libros se abren, cuáles se guardan bajo llave, qué capítulos se leen con atención y cuáles se ignoran por completo. Así, una célula de la piel y una célula del corazón pueden tener el mismo ADN, pero gracias a la epigenética activan distintas partes de esa información, dando lugar a funciones y características completamente diferentes.
Por eso una célula del corazón sabe comportarse distinto a una del cerebro, aunque tengan el mismo "catálogo". Además, el ambiente puede influir en qué páginas se abren o se cierran a lo largo de tu vida. Y lo más sorprendente: algunas de estas marcas pueden heredarse, no solo de una célula a otra, sino también de padres a hijos. Es decir, lo que vives hoy puede dejar señales biológicas en tus descendientes (Reik, 2007).
¿Por qué importa?
Porque el ambiente influye directamente en esas marcas epigenéticas. Tus hábitos diarios, como lo que comes, cómo manejas el estrés, si haces ejercicio o te expones a contaminación, pueden alterar la forma en que se expresan tus genes.
Por ejemplo, se ha demostrado que la exposición prolongada a partículas contaminantes del aire, como el material particulado menor a 2.5 micrómetros (PM₂.₅), puede inducir cambios epigenéticos relacionados con enfermedades respiratorias y cardiovasculares (Bollati & Baccarelli, 2010). Incluso durante el embarazo, el entorno influye. Estudios muestran que el estrés materno puede modificar la expresión genética del bebé, afectando su desarrollo neurológico y emocional.
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona y el Instituto Max Planck encontró que el estrés durante el embarazo puede dejar marcas epigenéticas en la placenta. En un grupo de mujeres embarazadas, observaron que niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, se relacionan con cambios en genes que ayudan a regular esa misma hormona, como NR3C1 y FKBP5. Estos cambios no modifican el ADN, pero sí pueden afectar cómo se comportan esos genes. Aunque el estudio no encontró efectos concluyentes sobre el desarrollo neurológico del bebé, sí mostró que el estado emocional de la madre puede dejar una “firma biológica” en etapas muy tempranas de la vida (Castro-Quintas et al., 2025; Universitat de Barcelona, 2024).


Aplicaciones médicas: ¿podemos cambiar esas marcas?
¡Sí! A diferencia de las mutaciones genéticas, muchas modificaciones epigenéticas son reversibles. Este descubrimiento ha impulsado el desarrollo de epifármacos: medicamentos que buscan “reprogramar” la expresión de genes alterados en enfermedades como el cáncer, la diabetes o trastornos neurológicos, actuando sobre los mecanismos epigenéticos sin alterar la secuencia del ADN (Wu et al., 2023).
Pero no todo depende de la medicina. Cambios en el estilo de vida, como una mejor alimentación, actividad física regular, o técnicas de manejo del estrés como la meditación, también pueden influir positivamente en la expresión genética.
Además de los avances médicos y genéticos, también existen herramientas psicológicas que pueden ayudarnos a responder mejor ante el impacto del estrés o las emociones intensas. Las terapias contextuales, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), parten de un enfoque cognitivo-conductual, pero con una mirada más amplia: no buscan eliminar lo que sentimos, sino enseñarnos a convivir con ello. En lugar de luchar contra el dolor emocional, nos invitan a identificar lo que realmente valoramos en la vida y a actuar en coherencia con eso, incluso en medio de la tormenta. Este tipo de enfoque puede ser clave para quienes han atravesado experiencias difíciles que dejaron huellas emocionales profundas, y quizás también epigenéticas, ya que promueven la flexibilidad psicológica y el cuidado de la salud mental desde lo que cada persona vive y siente (Hayes et al., 2006; Hayes et al., 2013). En pocas palabras: tus decisiones pueden activar genes protectores y desactivar los que te hacen daño.
Tu historia genética aún se está escribiendo…
La epigenética nos revela una verdad profundamente humana: no somos prisioneros de nuestros genes. Durante mucho tiempo creímos que nuestra salud, emociones o destino estaban grabados en piedra dentro de nuestro ADN. Pero hoy sabemos que nuestro cuerpo no solo obedece a la genética, también escucha al ambiente, a las emociones, a los hábitos, a lo que comemos, sentimos y vivimos.
Cada experiencia significativa, como por ejemplo un duelo, una alegría profunda, un periodo de estrés, una infancia con afecto o sin él, puede dejar una marca química en nuestros genes, como una nota al margen en nuestro libro biológico. Y lo más asombroso: muchas de esas marcas pueden transmitirse a nuestros hijos, o incluso a nuestros nietos.
Esto nos da poder, pero también responsabilidad. No podemos elegir lo que heredamos, pero sí podemos decidir qué activamos, qué silenciamos y qué transformamos. Comer mejor, dormir bien, cuidar nuestra salud mental, rodearnos de afecto y movernos con propósito no son solo buenas decisiones: son actos biológicos de amor propio, con el potencial de influir positivamente no solo en nuestra vida, sino también en la de las generaciones futuras.
Referencias:
Bollati, V., & Baccarelli, A. (2010). Environmental epigenetics. Heredity, 105(1), 105–112. https://doi.org/10.1038/hdy.2010.2
Castro-Quintas, A., Palma-Gudiel, H., Eixarch, E., San Martín González, N., Rö̈h, S., Sauer, S., Rex-Haffner, M., Monteserin-Garcia, J. L., de la Fuente-Tomás, L., Crispi, F., Garcia Portilla, M. P., Binder, E. B., & Fañanás, L. (2025). Placental epigenetic signatures of maternal distress in glucocorticoid-related genes and newborn outcomes: A study of Spanish primiparous women. European Neuropsychopharmacology, 90, 36–47. https://doi.org/10.1016/j.euroneuro.2024.10.001
Criogene Servicios Genómicos S.L. (2018, 30 de abril). ADN – información genética [Imagen]. Recuperado de https://www.criogene.es/wp-content/uploads/2018/04/adn-informacion-1200x565.jpg
Genotipia. (2023, marzo). Metilación del ADN – epigenética [Imagen]. Recuperado de https://genotipia.com/wp-content/uploads/2023/03/metilacion-del-ADN-epigenetica.jpg
Hayes, S. C., Luoma, J. B., Bond, F. W., Masuda, A., & Lillis, J. (2006). Acceptance and Commitment Therapy: Model, processes and outcomes. Behaviour Research and Therapy, 44(1), 1–25. https://doi.org/10.1016/j.brat.2005.06.006
Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2013). Acceptance and Commitment Therapy: The process and practice of mindful change (2nd ed.). The Guilford Press.
Reik, W. (2007). Stability and flexibility of epigenetic gene regulation in mammalian development. Nature, 447(7143), 425–432. https://doi.org/10.1038/nature05918
Saade, E., & Ogryzko, V. (2015). Epigenetics: What it is about? arXiv preprint arXiv:1502.01143. https://arxiv.org/abs/1502.01143
Universitat de Barcelona. (2024, marzo 7). El estrés durante el embarazo deja marcas epigenéticas en la placenta de los bebés. https://web.ub.edu/es/web/actualitat/w/estres-placenta-bebes
Wu, Y.-L., Lin, Z.-J., Li, C.-C., Shan, S.-K., et al. (2023). Epigenetic regulation in metabolic diseases: mechanisms and advances in clinical study. Signal Transduction and Targeted Therapy, 8, 98.https://doi.org/10.1038/s41392-023-01333-7